Por Gerardo Sauri Suárez
(Director Ejecutivo de la Red por los Derechos de la Infancia en México
Representante por América Latina en el Consejo Internacional Consultivo para el Estudio de Violencia en contra de la Infancia de la ONU.)
Las personas con necesidades especiales enfrentan, a pesar de los avances significativos en esta materia, una discriminación estructural y que se manifiesta de diversas formas, como es el hecho de la invisibilidad de su realidad, ya sea en las estadísticas e incluso en el conocimiento de sus mundos particulares, o el de su capacidad fantástica y creativa, que ha sido de poco interés para el conocimiento de la sociedad y de los medios de comunicación.
Ese mundo en el que las personas con necesidades especiales crecen, se desarrollan, interactúan entre sí y con los otros, es poco retratado. Prevalece, sin duda, una brecha infranqueable entre el mundo de estas personas y el de otras cuyas voces se expresan y escuchan de manera sistemática a través de los diversos medios. Prevalecen los prejuicios, el temor incluso por el contacto con estas personas.
El conocimiento y respeto de este mundo o de los mundos construidos por las personas con necesidades especiales es de gran importancia, al grado de que La Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad aprobada apenas el 3 de mayo de 2008, compromete a los Estados de la comunidad de las Naciones Unidas, en su artículo no. 8 a adoptar medidas inmediatas, efectivas y pertinentes para:
Sensibilizar a la sociedad, incluso a nivel familiar, para que tome mayor conciencia respecto de las personas con discapacidad y fomentar el respeto de los derechos y la dignidad de estas personas;
Luchar contra los estereotipos, los prejuicios y las prácticas nocivas respecto de las personas con discapacidad, incluidos los que se basan en el género o la edad, en todos los ámbitos de la vida;
Promover la toma de conciencia respecto de las capacidades y aportaciones de las personas con discapacidad.
Japón, el documental producido Fundación La Morera, dirigido por Gonzalo Montiel en Córdoba, Argentina, nos proporciona un instrumento de gran valía para acercarnos a este mundo o, mejor dicho a los universos construidos por un grupo de jóvenes con necesidades especiales: en Japón podemos ver realidad, creatividad, sueños, fantasías, relaciones de las personas que han participado en este proyecto.
Se trata de un trabajo en el que las cámaras y micrófonos se convierten en meros acompañantes de este grupo y en lo sencillo de este planteamiento esta su valor: adentrarnos en la humanidad de las personas con necesidades especiales, eso es lo que nos permite esta cinta: humanizarnos descubriendo su humanidad poco reconocida en la vida cotidiana.
Japón rompe el mito también de que sólo las obras producidas en sofisticados estudios pueden ser atractivas y entretenidas: Japón nos adentra a un mundo lúdico en el que terminamos deseando saber que pasará con las vidas de sus protagonistas.
De hecho, Japón ejemplifica la manera creativa en que se puede dar cumplimiento al artículo 30 de la citada Convención, misma que establece la obligación de los Estados de adoptar las medidas pertinentes para que las personas con discapacidad puedan desarrollar y utilizar su potencial creativo, artístico e intelectual, no sólo en su propio beneficio sino también para el enriquecimiento de la sociedad.
Japón nos muestra que de poetas, futbolistas, cocineros, enamorados y locos, todos tenemos un poco.
México, Septiembre de 2008
